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Encuentro de escritores latinoamericanos jóvenes en Cornell University

Publicado: 2011-09-23

Hoy y mañana, en la Andrew Dickson White House (en la foto) de Cornell University (Ithaca, Nueva York), se celebra un encuentro de escritores jóvenes organizado por el escritor Edmundo Paz Soldán, profesor en Cornell. La lista de invitados es amplia y el programa promete. Mañana en la mañana presento una ponencia junto a otros escritores peruanos: Gustavo Faverón, Carlos Yushimito y Salvador (Luis) Raggio. El tema de mi ponencia no resulta extraño al tipo de evento: hablaré sobre la juventud como asunto literario. Aquí un adelanto de lo que leeré mañana:  

En la narrativa latinoamericana del siglo XX –o por lo menos en una de sus líneas más influyentes–, ser un escritor ha implicado, casi inevitablemente, cumplir un requisito de edad: el de ser joven. Al parecer, los escritores jóvenes son los únicos invitados a la fiesta que ellos mismos han organizado. No hay alternativa: en determinado momento, digamos pasados los treinta y pocos, uno deja de ser candidato a la condición de escritor, y solo le quedan dos opciones: recordar las viejas glorias, si es que hay algo que recordar, o pasarse al bando de los villanos. El cuento “Bienvenido, Bob” de Juan Carlos Onetti es el manifiesto de esta segunda vía. En cuanto al sendero de la nostalgia, “Los detectives salvajes”, de Roberto Bolaño, es una novela sobre ex-jóvenes que no se resignan a crecer. Así, la madurez y la tercera edad no han sido temporadas fértiles para muchos escritores latinoamericanos, al menos cuando estos se han empeñado en imaginarse a sí mismos y en almacenar estas percepciones –por lo general heroicas, también sarcásticas– en sus libros. Esto sorprende, porque algunos de esos escritores eran joyceanos: pienso en Leopoldo Marechal, Guillermo Cabrera Infante, Fernando del Paso. Es como si sólo hubieran encontrado estimulantes ciertos capítulos del “Ulises”, los que protagoniza Stephen Dédalus.

¿Cuál es la razón de esta juvenolatría? Para Franco Moretti, el personaje joven, artista o no, pero muchas veces sí, que se encuentra en trance de encontrar su propio yo, o de construirlo como si fuera una estructura novelesca con principio, medio y final, es el personaje moderno por excelencia; en América Latina, este joven prototípico es el sujeto idóneo para dramatizar las convulsiones de una modernidad problemática, semejante a las pesadillas de una adolescencia difícil: los estirones de la pubertad como metáfora colectiva. Ahora bien, podemos aceptar esta respuesta, o tomar otro camino y señalar un hecho característico de varias novelas importantes escritas el siglo pasado , cuyos protagonistas son artistas o escritores jóvenes: me refiero al hecho de que estos personajes no suelen andar solos. Por el contrario, acostumbran juntarse en grupos, bandas, sociedades, o círculos cuya misión central, según trataré de demostrar en la ponencia de mañana en Cornell, es detener el proceso natural de crecimiento y decadencia. En otras palabras, se agrupan para congelar el tiempo.


Escrito por

Luis Hernán Castañeda

Escritor. He publicado las novelas "Casa de islandia", "Hotel Europa", "El futuro de mi cuerpo" y "La noche americana".


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